viernes, 11 de febrero de 2011

Sigue lloviendo pero ya no queremos mojarnos,
es más fácil,
es más fácil porque siempre sopla el viento este té del primer día.
Hasta que dure el incienso, seguiré correteando una respuesta que me sirva.
Y resulta que existías y que aquellos que corrían aun esperan como yo.
Bajo este toldo pasa el tiempo más despacio que nunca
mientras decidimos si correr tras la silueta entre la bruma
los renglones se separan,
nos preparo otro cáncer mental donde temblamos de inocencia entre las sábanas.
Jamás me encontraré,
diré que tengo el alma hecha pedazos,
no pienso ser el cisne entre estos patos.
Mientras sonrisas y miradas sean capaces de enloquecernos,
no queda otra que guardarnos y esconder los abrazos como quien enfunda un arma,
y decirnos que aun no es tarde, desde luego
¿sabes qué?
Ahora que siempre es tarde... dónde estás?

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