En cambio, conseguí una habitación maravillosa.
Bien es cierto que, como hogar, aun tenía mucho trabajo por delante, pero la sentía más mía que cualquier cosa. Y aunque no me gusta depender de nada, pasaría un invierno agradable arropado bajo el nórdico y mirando por la ventana.
Pero no puedo evitar tener miedo de lo que hay ahí fuera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario