Tienes el pelo cubierto de sangre.
Volcamos el cielo,
me visto de noche,
describo tus ojos con besos y versos,
tan frios... tan fríos que arden.
Despierto el deseo, el pecado,
el: dame más tiempo...
Yo cierro con llave tu daño,
y se esconden en mi cuerpo tus manos,
buscando un lugar donde haya algo digno y humano.
Dejad ya los cuentos,
los buenos,
los malos.
Bebed del pasado,
a esta invito yo.
Dejadme en la flor de esta vida, marchita,
ahogado en rocío,
perdido entre pétalos.
La caída (1956)
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La caída se presenta con una lectura un tanto curiosa, en forma de
conversación, aunque Camus tan solo nos permite conocer una parte de la
misma,
Esta c...
Hace 12 años
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