martes, 6 de octubre de 2009



Yo lo sé. Es mi vida.
Puedes mudarte, pero eso no basta. Adoptas un hobby. Te sepultas a ti mismo en trabajo. Cambias de nombre. Improvisas. Pones el caos en orden. Lo haces cada vez que el pie se te cura lo bastante. Organizas todos los detalles.
No es lo que un psicólogo aconsejaría, pero funciona.

Te dices a ti mismo que el ruido es lo que define al silencio. Sin ruido, el silencio no sería precioso. El ruido es la excepción. Piensas en el espacio exterior, en ese frío y ese silencio increibles donde están esperando tu mujer y tu hijo. Solamente el silencio, no el cielo, sería una recompensa suficiente.

El truco para olvidar la situación general es mirar las cosas muy de cerca.
La manera más fácil de cerrar una puerta es sepultarte a tí mismo en los detalles.
Así es como nos debe de ver Dios.
Como si todo fuera bien.
Luego te quitas el zapato y das un pisotón con el pie descalzo. Das un pisotón bien fuerte y luego otro. No importa cuánto te duelan el plástico duro, la madera y el cristal, sigue pisando hasta que el vecino de abajo empiece a dar puñetazos en el techo.

.Nana. Chuck Palahniuk

1 comentario:

  1. Esos ruidoadictos, esos silenciofobicos.
    Con una nana sacrificial podrías provocarle muerte súbita al mundo entero, oh, imaginate imaginate, un mundo en que la la comunicación fuese peor que la guerra bacteriologica y todos tuviesen terror de escuchar.

    *

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