Ver,
que todo ha cambiado demasiado.
Que los escombros siguen siendo escombros, y que este pestazo a ángeles no se amortigua con la distancia.
Ver que ya no te importa, que llegué un segundo tarde, o demasiado pronto, que es casi lo mismo. Que aquello que odiaba de tí es lo que extraño.
Sigue lloviendo y ya no quieres mojarte tanto.
Tengo mil canciones para tí. Solo déjame tocarte.
La caída (1956)
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La caída se presenta con una lectura un tanto curiosa, en forma de
conversación, aunque Camus tan solo nos permite conocer una parte de la
misma,
Esta c...
Hace 12 años
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