Tu recuerdo raspa
como tu parte de la esponja.
Los gemidos me recuerdan
que se esconde alguien más en mi.
Y al fin aparece algo,
envuelto en ceniza empapada,
y se me hunden más las piernas
aunque la idea sea escapar de aqui.
Todo está inmutable aguantando la tormenta
y así me llueva la amargura del querer volver en mi,
que por nosotros yo no entiendo
dónde entra la indiferencia,
que siguen pasando meses
y se me olvida resistir.
Pero aqui sigo
y existo, bajo este monton de piedras,
esperando a que vuelvas la mirada de una vez.
Porque me sabe a mal
tenerte como el alfa de esta brecha.
Cuando miles de cuellos asienten,
siento que no puede ser.
La caída (1956)
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La caída se presenta con una lectura un tanto curiosa, en forma de
conversación, aunque Camus tan solo nos permite conocer una parte de la
misma,
Esta c...
Hace 12 años
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